martes, 29 de enero de 2008

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Hay momentos en los cuales no queda nada que decir, ya todo lo pensado está hecho, escrito, plasmado de alguna manera.

Por algun motivo, el transcurrir de los días se ha transformado en algo placentero. No hay nubes en el horizonte, no hay cosas urgentes por las cuales correr, ni deseos imperiosos que satisfacer. No hay desesperación ni angustia; no hay mal humor. Todo parece haber alcanzado una suerte de balance, de equilibrio. Me permito pensar, me permito sentir, sin estar atormentado. Y me pregunto si esto es ser, si la suma de mis decisiones tomadas ayer son la causante de haber podido llegar a este momento.

Quizás esté llegando a ser; quizás esté llegando a mi; quizás esté aceptando lo que me ofrece la vida dia a dia sin darle mucha batalla. Quizás esté aceptando que la vida y cosas de la vida tienen los vericuetos que yo decido crear en ellos, que soy yo el que enreda y desenreda las cosas que me suceden.

Quizás simplemente haya comprendido los beneficios de dar, de brindarme, de abrirme un poco más, de escuchar, de intentar de entender...sin buscar, sin querer nada a cambio. Quizás haya comprendido que este tipo de cosas son las que me enriquecen y endulzan la vida.

2 comentarios:

:: mArJo BrOs. :: dijo...

hola hola! Aquí solo pasando a saludar que razón tienes en el post anterior, si el de la felicidad!! Me leí algunos y me gusta mucho que tienes una vibra muy buena, mucha energía y transmites tu amor por la vida.
Un saludote.

Anónimo dijo...

Hola Lucas, Me gustó mucho lo que escribiste. Coincido plenamente en que la suma de los hechos y conductas del pasados traen como resultado lo que somos en el presente. Tenés una muy linfa forma de redactar además! :) Marina