miércoles, 16 de enero de 2008

Peatón con patente

Recientemente se ha presentado un proyecto de ley en la legislatura porteña para ordenar el tránsito de los peatones. El proyecto 2104-D-2007, que tiene la intención de obligar a circular a los peatones con el hombro derecho lo más cerca posible de la línea de edificación, prevé una señalización que indique el sentido obligatorio, un periodo de 180 días para “educar” a la ciudadanía y, también, “penalizaciones correctivas onerosas” para quienes transgredan dicha ley.

Lo curioso de este proyecto es que no debería ni siquiera plantearse como tal, si tan sólo utilizáramos el sentido común.

Puede resultar ridículo presentar un proyecto de ley para ordenar el tránsito de peatones, pero debemos reconocer las barbaridades que cometemos todos los días como “conductores de a pie”. ¿Cuántas veces cruzamos avenidas y calles sin tener habilitado el paso en el semáforo, o con la luz titilando, mirando a los conductores (a aquellos que son pacientes y no nos tiran el auto encima) con cara de “Ya cruzo, ¿eh? ¡Esperá, soy peatón!”? ¿Cuántas veces esperamos para cruzar sobre la calle misma, en vez de hacerlo sobre la vereda?

También es interesante analizar a los peatones-hormiga de las calles Florida o Lavalle. Cruzar de un lado al otro es una odisea. Hay que esquivar a los vendedores ambulantes, a los que bailan tango, a los que tocan la guitarra, el violín o el saxo, a los chicos ucranianos tocando el acordeón y la masa de gente que literalmente vuela en ambos sentidos. Y uno, desorientado, se convierte en un grumo en la homogeneidad de la masa humana que va para un lado y para el otro. Pero no necesitamos que nos digan cómo comportarnos como peatones. En vistas a este nuevo proyecto de ordenamiento de tránsito peatonal, estoy esperando que se regule e implemente, sólo para saber si nos van a sacar foto-multas, o si nos van a dar una decorativa “chapa patente” para circular a pie, por la ciudad. ¿Pedirán licencia de caminar también? ¿Cómo será el examen para dicha licencia? La verificación técnica, ¿se podrá realizar en la comisaría o algún hospital de nuestro barrio?

Algunas normas nos parecen ridículas y pataleamos porque los legisladores pierden el tiempo en proyectos como éstos. Pero no todos los proyectos y leyes carecen de lógica. Muchas veces los que carecemos de lógica somos nosotros mismos, al punto de parecer idiotas.

Exigimos un cambio de actitud en nuestros gobernantes, pero somos incapaces de realizar cambios de malos hábitos en nuestra vida cotidiana para el beneficio común. Como sociedad, no nos respetamos, y, hasta que no lo hagamos, nada va a cambiar en la actitud de los políticos.

Mi viejo siempre me dijo que pensar era lo más difícil. Pensar en uno cuesta. Y pensar en los demás…parece mucho más difícil.

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